No podemos decir que las familias problemáticas o conflictivas favorecen la aparición del consumo de tóxicos por parte del joven ya que la actitud de consumir es fruto de una variable social, individual y ambiental asociada, por ello no puede hablarse de una personalidad más o menos favorable al consumo.
Debemos constatar que existen algunos rasgos de la personalidad que pueden ser más vulnerables al contacto, uso y consumo de drogas, sin querer decir con esto que el conjunto y totalidad de la personalidad de un individuo esté impregnado de esa disposición favorable.
Los signos que pueden favorecer un consumo serían
* Tendencia a huir de las dificultades.
* Complejos de inferioridad.
* Baja autoestima.
* Baja tolerancia a la frustración.
* Dificultad para relacionarse en sociedad.
* Ausencia de proyectos ir siempre para adelante, pero también mirando atrás. “No para reproches, sino para no cometer los mismos errores”,
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