El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, hizo un fuerte llamado a los padres para que se involucren en la forma de diversión que tienen hoy los jóvenes, a la que calificó de "adictiva", y considera que las diversiones actuales generan un "gran desencuentro" entre los chicos.
"No podemos quedarnos tranquilos diciendo: pobres jóvenes. Hay gente desalmada y corrupta, como los traficantes de droga, los que les venden alcohol. Pero tenemos que involucrarnos. No quiero ser injusto, pero a esta diversión se la preparamos nosotros y ahora nos sorprendemos de que la diversión sea ajena a la casa y la escuela", advirtió el cardenal.
El mensaje de Bergoglio fue pronunciado en el colegio de La Salle en el marco del V Foro de Padres, organizado por la Vicaría de la Educación del arzobispado porteño, del que participó una multitud de padres de colegios católicos y estatales de la ciudad de Buenos Aires.
En su discurso, el cardenal dijo que hoy "la diversión es un gran desencuentro, que no empieza en la matineé de los 12 o 14 años sino que la historia de encuentros y desencuentros es profunda y anterior, y ahí estamos involucrados".
Al comienzo de su exposición, contó que esta mañana a las seis menos veinte tomó el colectivo 126 para ir a confesar al santuario de San Pantaleón y, al pasar por el barrio de Belgrano, observó a los jóvenes que salían de los boliches. "Hay algo que nos preocupa a todos: la diversión de nuestros jóvenes, que es algo que no sabemos ofrecer", comenzó.
En ese marco, les propuso a los padres "ofrecerles el camino para saber hacer fiesta" y "ayudar a los hijos a que vivan esta dimensión tan humana", ya que hoy "nos encontramos que la diversión es una fiesta devaluada".
Luego, trazó la diferencia entre fiesta y diversión, y señaló que mientras la primera tiene "contenido y sentido, reúne, es compañía, me hace libre, es creativa y gratuita", a la otra "le falta sentido, disgrega, hay que fabricarla, se transforma en un vicio y es adictiva, y sale cada vez más cara".
"Algunos chicos van a los boliches no a bailar, ni a tomar ni a drogarse, sino a dormir porque tienen pánico de dormir solos en sus casas", relató con dramatismo. En su mensaje a los padres, los cuestionó sobre si "para que tengan todo, a veces, no los abandonan" o "para que se diviertan, los ponen adelante de la TV o de Internet", o les dan un celular porque "creen que los tienen cerca", y les preguntó "si juegan" y "si hacen fiesta" con sus hijos.
A modo de conclusión, les pidió que "transmitan a sus hijos y a sus amigos, mis disculpas por haberles enseñado a divertirse" y exhortó a que el encuentro de hoy "sirva para ver en que se alienan y qué nos piden" cuando los chicos nos hablan.
Terminada su exposición, los organizadores repartieron unas pelotas gigantes con las leyendas "ahora no", "soledad", "alcohol" y "violencia", entre otras, que comenzaron a ser pasadas entre todo el auditorio, con el mensaje "hagámonos cargo, no pasemos la pelota".
El mensaje de Bergoglio fue pronunciado en el colegio de La Salle en el marco del V Foro de Padres, organizado por la Vicaría de la Educación del arzobispado porteño, del que participó una multitud de padres de colegios católicos y estatales de la ciudad de Buenos Aires.
En su discurso, el cardenal dijo que hoy "la diversión es un gran desencuentro, que no empieza en la matineé de los 12 o 14 años sino que la historia de encuentros y desencuentros es profunda y anterior, y ahí estamos involucrados".
Al comienzo de su exposición, contó que esta mañana a las seis menos veinte tomó el colectivo 126 para ir a confesar al santuario de San Pantaleón y, al pasar por el barrio de Belgrano, observó a los jóvenes que salían de los boliches. "Hay algo que nos preocupa a todos: la diversión de nuestros jóvenes, que es algo que no sabemos ofrecer", comenzó.
En ese marco, les propuso a los padres "ofrecerles el camino para saber hacer fiesta" y "ayudar a los hijos a que vivan esta dimensión tan humana", ya que hoy "nos encontramos que la diversión es una fiesta devaluada".
Luego, trazó la diferencia entre fiesta y diversión, y señaló que mientras la primera tiene "contenido y sentido, reúne, es compañía, me hace libre, es creativa y gratuita", a la otra "le falta sentido, disgrega, hay que fabricarla, se transforma en un vicio y es adictiva, y sale cada vez más cara".
"Algunos chicos van a los boliches no a bailar, ni a tomar ni a drogarse, sino a dormir porque tienen pánico de dormir solos en sus casas", relató con dramatismo. En su mensaje a los padres, los cuestionó sobre si "para que tengan todo, a veces, no los abandonan" o "para que se diviertan, los ponen adelante de la TV o de Internet", o les dan un celular porque "creen que los tienen cerca", y les preguntó "si juegan" y "si hacen fiesta" con sus hijos.
A modo de conclusión, les pidió que "transmitan a sus hijos y a sus amigos, mis disculpas por haberles enseñado a divertirse" y exhortó a que el encuentro de hoy "sirva para ver en que se alienan y qué nos piden" cuando los chicos nos hablan.
Terminada su exposición, los organizadores repartieron unas pelotas gigantes con las leyendas "ahora no", "soledad", "alcohol" y "violencia", entre otras, que comenzaron a ser pasadas entre todo el auditorio, con el mensaje "hagámonos cargo, no pasemos la pelota".
Fuente
Diario 26
de fecha domingo 28 de octubre del 2007
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